Ya lo decía el poeta Antonio Porchia: Lo que dicen las palabras no dura. Duran las palabras. Porque las palabras son siempre las mismas y lo que dicen no es nunca lo mismo.
Precisamente a eso que nunca es lo mismo es a lo que quiero dedicar este blog.
De mis años de docencia e investigación lingüística, así como de las reflexiones insoslayables que ambas me impusieron a lo largo de los años, quedan aún hoy en mí algunas constataciones, no siempre personales sino compartidas frecuentemente con muchos y eminentes estudiosos del lenguaje, acerca no tanto del valor por decir así natural de las palabras como del rol desempeñado por ellas en cada una de las cosas que enunciamos en el sinfín de actos comunicativos en los que participamos desde el preciso momento en que aprendemos a hablar o mejor dicho a comunicarnos.
En esta recapitulación que propongo a partir de hoy, mi principal interés será una vez más analizar, más allá de lo que decimos, la forma en que plasmamos y modulamos lo que decimos, en función del cuándo, del porqué y de la finalidad a que apunta lo que decimos.
Muy buena iniciativa.
ResponderEliminarGracias, Jorge. Espero que estos apuntes resulten de interés, que para mí lo tienen. Abrazo
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