La hendidura, también conocida como escisión, es la operación morfosintáctica que, como su nombre lo indica, consiste en hendir, escindir la estructura sintáctica, separando dos elementos contiguos de la misma por medio del verbo copulativo ser y creando una subordinada de relativo. Las construcciones copulativas o ecuacionales obtenidas por tal procedimiento sirven para dar relieve focal a un determinado constituyente de la estructura sintáctica canónica.
Las oraciones hendidas presentan las siguientes características: a) cualquiera que sea el orden de presentación de los elementos del enunciado, el constituyente focalizado por hendidura y la cópula son contiguos; b) la oración subordinada de relativo a que da lugar la hendidura es encabezada, al igual que las subordinadas de relativo nominales, por los pronombres relativos "quien" y "quienes" o "el que", "la que", "los que", "las que", como asimismo por los adverbios relativos "donde", "cuando", "como"; c) en la subordinada de relativo se repite la preposición con que se construye el constituyente sintáctico focalizado; d) el orden de los términos que constituyen la relación ecuacional (A = B) puede invertirse, según cuál sea la parte de la oración que se desee privilegiar: A puede ocupar el lugar de B y vicevera.
Fue la niña la que gritó
La que gritó fue la niña
La niña fue la que gritó
Independientemente de si el foco de las construcciones hendidas es informativo o no, podemos afirmar que no siempre coincide, como se lo describe en la teoría chomskiana, con la parte del discurso que vehicula información nueva. En todos los casos de hendidura, se focaliza un constituyente para atraer hacia él la atención del receptor, pues la función fundamental del foco en sentido estricto es precisamente el énfasis y no el contenido informativo.
A este respecto, es oportuno precisar que el énfasis que caracteriza a la hendidura se ve reforzado por los elementos suprasegmentales (acento de insistencia y entonación), cuyas marcas, infelizmente para el lector, son reconocibles tan sólo en el código oral.
Veamos algunos ejemplos:
Fue María Paz quien por fin se separó para murmurar, jadeante, una frase que no llegó a concluir. (A.Gala)
Esta búsqueda permanente y constante es la que lleva a que el hombre pueda ser creativo. (F. Savater)
Fue en esa casa donde Diana vio un programa de televisón filmado en su apartamento de Bogotá. (G. García Márquez)
Su juventud -era de ella de lo que más hablaba- fue arrolladora. (A. Gala)
En otras construcciones ecuacionales, la hendidura opera sobre el núcleo del sintagma verbal, separándolo del SN sujeto o del SN objeto directo por medio del verbo copulativo. Ejemplos:
Lo que nos llama la atención es que nunca lo haya dicho.
Lo que te intriga es cómo lo he conseguido.
Lo que quiero es que te calles.
Lo que decidieron fue comunicárselo personalmente.
La hendidura se aplica igualmente a adverbios como "así", "allí", "entonces" e incluso a oraciones subordinadas adverbiales. Ejemplos:
Así fue como despojaron a los propietarios de sus bienes.
Fue allí, a orillas de la piscina [...], donde en los meses y años sucesivos se encontraron algunos de los bronces y mármoles más bellos... (F. Fernández Murga)
Fue entonces cuando empecé a descubrir la verdad respecto a la limpieza étnica de 750.000 palestinos [...] para establecer el estado judío. (S. Cattori)
Es preciso señalar que en el español de Argentina y otros países latino-americanos, las subordinadas de relativo de las construcciones hendidas circunstanciales suelen construirse no con el adverbio relativo (donde, cuando, como) requerido por cada circunstancia, sino con un "que" plurifuncional en el que quedan subsumidos la función circunstancial y el nexo subordinante. Tal simplificación se da tan sólo cuando la subordinada en cuestión se encuentra colocada en la parte final del enunciado. Ejemplo:
Fue allí que lo dejaron / allí fue que lo dejaron..
Donde lo dejaron fue allí.
Las oraciones hendidas presentan las siguientes características: a) cualquiera que sea el orden de presentación de los elementos del enunciado, el constituyente focalizado por hendidura y la cópula son contiguos; b) la oración subordinada de relativo a que da lugar la hendidura es encabezada, al igual que las subordinadas de relativo nominales, por los pronombres relativos "quien" y "quienes" o "el que", "la que", "los que", "las que", como asimismo por los adverbios relativos "donde", "cuando", "como"; c) en la subordinada de relativo se repite la preposición con que se construye el constituyente sintáctico focalizado; d) el orden de los términos que constituyen la relación ecuacional (A = B) puede invertirse, según cuál sea la parte de la oración que se desee privilegiar: A puede ocupar el lugar de B y vicevera.
Fue la niña la que gritó
La que gritó fue la niña
La niña fue la que gritó
Independientemente de si el foco de las construcciones hendidas es informativo o no, podemos afirmar que no siempre coincide, como se lo describe en la teoría chomskiana, con la parte del discurso que vehicula información nueva. En todos los casos de hendidura, se focaliza un constituyente para atraer hacia él la atención del receptor, pues la función fundamental del foco en sentido estricto es precisamente el énfasis y no el contenido informativo.
A este respecto, es oportuno precisar que el énfasis que caracteriza a la hendidura se ve reforzado por los elementos suprasegmentales (acento de insistencia y entonación), cuyas marcas, infelizmente para el lector, son reconocibles tan sólo en el código oral.
Veamos algunos ejemplos:
Fue María Paz quien por fin se separó para murmurar, jadeante, una frase que no llegó a concluir. (A.Gala)
Esta búsqueda permanente y constante es la que lleva a que el hombre pueda ser creativo. (F. Savater)
Fue en esa casa donde Diana vio un programa de televisón filmado en su apartamento de Bogotá. (G. García Márquez)
Su juventud -era de ella de lo que más hablaba- fue arrolladora. (A. Gala)
En otras construcciones ecuacionales, la hendidura opera sobre el núcleo del sintagma verbal, separándolo del SN sujeto o del SN objeto directo por medio del verbo copulativo. Ejemplos:
Lo que nos llama la atención es que nunca lo haya dicho.
Lo que te intriga es cómo lo he conseguido.
Lo que quiero es que te calles.
Lo que decidieron fue comunicárselo personalmente.
La hendidura se aplica igualmente a adverbios como "así", "allí", "entonces" e incluso a oraciones subordinadas adverbiales. Ejemplos:
Así fue como despojaron a los propietarios de sus bienes.
Fue allí, a orillas de la piscina [...], donde en los meses y años sucesivos se encontraron algunos de los bronces y mármoles más bellos... (F. Fernández Murga)
Fue entonces cuando empecé a descubrir la verdad respecto a la limpieza étnica de 750.000 palestinos [...] para establecer el estado judío. (S. Cattori)
Es preciso señalar que en el español de Argentina y otros países latino-americanos, las subordinadas de relativo de las construcciones hendidas circunstanciales suelen construirse no con el adverbio relativo (donde, cuando, como) requerido por cada circunstancia, sino con un "que" plurifuncional en el que quedan subsumidos la función circunstancial y el nexo subordinante. Tal simplificación se da tan sólo cuando la subordinada en cuestión se encuentra colocada en la parte final del enunciado. Ejemplo:
Fue allí que lo dejaron / allí fue que lo dejaron..
Donde lo dejaron fue allí.
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