martes, 23 de agosto de 2016

14/ Las relaciones intratextuales

Propongo que en este artículo centremos nuestra atención en ver cómo se recupera el contenido semántico-informativo en la sucesión de un enunciado a otro, como también en el paso de una secuencia textual a otra. Si bien es cierto que el soporte de un enunciado puede reproducir en su totalidad lo dicho en el aporte del enunciado anterior, lo que sucede con mayor frecuencia es que sólo se recupere una porción de dicho contenido. 

Para el examen de tales mecanismos de recuperación, nos valdremos de un corpus de secuencias narrativas, descriptivas y explicativas (de proceso evolutivo) en las cuales trataremos de determinar por una parte, qué cantidad de información se reproduce en el soporte de cada enunciado y, por otra, qué relación semántica guarda la parte recuperada con la totalidad del aporte que le antecede. 

En primer lugar, es preciso tener en cuenta que en la constitución de las unidades textuales debe crearse un equilibrio entre el aporte de un enunciado, que hace avanzar el texto, y la presencia, en el soporte del enunciado siguiente, de elementos identificables y reconocibles, los cuales contribuyen a la creación de una suerte de hilo conductor. Así pues, un mismo e idéntico referente debe poder reconocerse aunque se presente bajo denominaciones diferentes. Según B. Palek (1968), es posible distinguir cuatro situaciones posibles: a) una sola realidad y una sola denominación, b) varias realidades y varias denominaciones, c) una sola realidad y varias denominaciones, y d) varias realidades y una sola denominación. A decir de Combettes (ibid.: 38), los dos primeros casos no suscitan demasiados problemas, pues el objeto referencial es designado por el mismo material lingüístico, trátese de un sustantivo propio o común. En realidad, lo que suele suceder con mayor frecuencia es que se evite la repetición de un sustantivo por medio de sustitutos, con lo que se vuelve a dar la tercera posibilidad aludida supra. El cuarto caso puede resultar de dos situaciones referenciales diferentes: a) con varias realidades diferentes pero pertenecientes a categorías idénticas se corresponde una sola denominación, por cuanto la lengua no dispone de otras posibilidades léxicas. Asi, por ejemplo, para describir un cuadrado o un rectángulo, el término "lado" se aplica a cuatro realidades distintas, pero es el texto el que ha de proporcionar elementos complementarios que permitan la diferenciación, como: "el lado superior", "el lado inferior", "el lado A-B", etc. (Combettes, ibid); b) con dos realidaes que tienen normalmente dos denominaciones diferentes se corresponde sin embargo un mismo morfema pronominal, en cuyo caso la (cor)referencia puede a veces no parecer lo suficientemente clara.

1. La sustitución pronominal

El término gramatical "pronombre", tal como se usa en la gramática tradicional, es objeto de críticas justificadas por parte de los lingüistas. Con él suelen designarse indiscriminadamente dos realidades diferentes del sistema de la lengua: por un lado, los morfemas que, como los anafóricos "él", "ella", "ellos", "ellas", "lo", "la", "los", "las", "le" y "les", sustituyen unidades léxicas contenidas en sintagmas nominales anteriores o posteriores del texto, y por otro lado, aquellos morfemas, deícticos, como "yo", "tú"/"vos"/"usted", "nosotros", "vosotros"/"ustedes", que remiten extratextualmente a las entidades correspondientes a los participantes en el acto de comunicación. En el primer caso, la función sustitutiva y representativa de los pronombres se corresponde efectivamente con su denominación. En el segundo, por el contrario, los morfemas citados no sustituyen unidades léxicas ya presentadas o por presentarse en el entorno textual, y por consiguiente, no pueden encasillarse dentro de la misma categoría que los anteriores. A pesar de reconocer plenamente la problemática que suscitan los morfemas (pro)nominales, no profundizaremos la cuestión semántico-referencial que plantean dichas formas más allá de lo que ya hemos dicho, por cuanto tal tarea excede los límites del tema que nos ocupa en este desarrollo.

2.1.1. La representación total

El caso de sustitución más simple lo constituyen los morfemas que reemplazan un sintagma presente en el cotexto sin aportar ninguna modificación semántica al antecedente, es decir representando exactamente la misma realidad referencial. De esta manera funcionan los pronombres y clíticos personales, los pronombres demostrativos y relativos. Ejemplos:

Yo sentí que la mano de mi madre se crispaba sobre la mía. Me la apretó hasta hacerme daño... (A. Gala)   

... a pesar de todo, ayudaba en ocasiones a Nazaret en sus trabajos. Esa noche, ella, después de saludarlo, pensó en él... (Ibid.)

El sol [...] calienta el agua de los océanos, la cual se evapora... (H. Perlman) 

Se pretende implicar en esta labor a jubilados, voluntarios y condenados por delitos de seguridad vial. Éstos podrán sustituir la pena de cárcel con labores como éstas. (La Razón, 23-VIII-2016)

... somos vida y muerte a la vez. Porque la vida está llena de muertes, pero también la muerte está llena de vidas, y es aquélla la que más nos impulsa a vivir, a seguir vivos. (A. Gala)

2.1.2. La representación parcial

A menudo suele suceder que por medio de la sustitución se realice una representación parcial de un sintagma anterior. Sólo algunos de los objetos aludidos por dicho sintagma se representan en el enunciado siguiente. Ejemplos:

Estudió detenidamente las posibilidades que se le brindaban. Al fin escogió la que más le convenía

Tras la derrota del kirchnerismo en territorio bonaerense [...], se reconfigura un nuevo mapa político donde los intendentes del conurbano, sobre todo los kirchneristas, intentan rearmar su poder local. Algunos intentan rearmar su poder local, buscar el diálogo y mostrarse respetuosos del nuevo gobierno. Otros intentan encerrarse en un discurso más radical, una suerte de "resistencia"... (Urgente.24.com, 23.08.16) 

2.1.3. La representación conceptual

En ciertos contextos, el morfema sustitutivo no representa la misma realidad que el sintagma al que remite, sino que recupera tan sólo su concepto. Ejemplos:

Yo sentí que la mano de mi madre se crispaba sobre la mía. (A. Gala)

Al oír la palabra "memoria" pronunciada por la Sra Mancier-Alvarez, exclamó: "La mía, la he perdido", e inmediatamente añadió: "haberla perdido y saberlo es peor que la ceguera". "¿También la suya, querida señora, le ha fallado?", preguntó Germaine a la embajadora. (H. Bianciotti)

En las sustituciones realizadas por medio de "la mía" en estos dos enunciados, a la representación conceptual (lo denotado genéricamente por los respectivos términos mano y memoria) se suma la representación total del morfema deíctico yo. En el caso de "la suya", a la representación conceptual (lo denotado genéricamente por el término memoria) se asocia la representación total del morfema deíctico usted.  En un caso como en el otro, la representación no es total, sino conceptual, ya que no se recuperan los rasgos 'identificable' y 'específico' de los términos aludidos.

2.2. La sustitución léxica

Suele suceder con frecuencia que al evitar repetir un sintagma nominal pleno, éste se sustituya, no por un morfema gramatical como en los casos vistos anteriomente, sino por otro sintagma nominal. En tales casos, la nueva unidad léxica escogida, en torno a la cual se organiza el sintagma sustitutivo, no representa sino una variante referencial y por tanto constituye una representación total del sintagma nominal inicial. En estos mecanismos anafóricos y catafóricos de reposición léxica desempeñan un papel sumamente importante: la sinonimia o cuasisinonimia, la sinonimia contextual, las palabras de referencia generalizada, los hiperónimos, las anáforas asociativas, los encapsuladores léxicos o anáforas resuntivas, e incluso la metáfora. Estos diversos recursos se ven reflejados en los siguientes ejemplos del corpus:   

La resistencia que Genoveva había mostrado durante toda la noche a dejarlo marchar, la ocasión siempre escamoteada de cortar la insólita velada, la tensión que ejercía para seguir despierto, le hicieron pensar que era un secuestro. Secuencias de películas mezcladas con escenas reales asaltaron a Julián en la semiconsciencia del cansancio. (J. R. Aldecoa)

Después de consolidar su posición como Presidente del nuevo gobierno, Nasser declaró la titularidad pública del Canal de Suez, lo que supuso una importante mejora para la Tesorería Egipcia, aunque para ello tuvo que enfrentarse militarmente en 1956 a las tropas conjuntas francesas, inglesas e israelíes que intentaron quitar del gobierno a Nasser. Esta victoria militar lo colocó a la cabeza de los líderes de Oriente Medio y el ejemplo a seguir por el mundo árabe en su afán de desembarazarse de las injerencias extranjeras. 

En el primero de estos dos ejemplos, el SN secuencias de películas mezcladas con escenas reales sustituye al SN un secuestro del enunciado que le precede por medio de una 'anáfora asociativa' que se ha de interpretar como: "secuencias de películas en que se dan secuestros y escenas reales de secuestros". En el segundo ejemplo, el SN esta victoria militar constituye un 'encapsulador léxico' o 'anáfora resuntiva', que representa en su totalidad la presuposición originada en el 'aporte secundario' del enunciado anterior (... intentaron quitar del gobierno a Nasser).

En el caso de la 'sinonimia contextual', la unidad léxica con que se sustituye el contenido de tal o cual sintagma nominal anterior suele ir acompañada de complementos caracterizadores o descriptivos con los que constituye una reformulación o perífrasis (nominal). La identificación de la relación antecedente - sustituto depende estrechamente del conocimiento del receptor del mensaje. Ejemplo:

Leyendo la editorial de la Voz del Interior del día siguiente, se podía colegir que primaba la segunda alternativa. El diario de los Ramonda señalaba que "una tragedia de hogar, vivida por el país entero como un drama de íntima vinculación personal, es usada para plasmar un falso conflicto..." (J. Felippa)

En conclusión, podemos afirmar que las sustituciones, del tipo que sean, obedecen a dos factores que operan conjuntamente: la necesidad de que el texto sea cohesivo y el deseo de evitar que se vuelva repetitivo. 

2.3. La réplica

En las secuencias breves, constituidas, por ejemplo, por dos enunciados, la recuperación de un elemento ya citado da lugar, generalmente a una sustitución pronominal. Como ya hemos visto, el hecho de recurrir a este tipo de mecanismo sustitutivo apunta a dos fines: economizar los medios de expresión y evitar las repeticiones. No obstante, si consideramos una secuencia más extensa o incluso un texto en su totalidad, podemos observar que en ellos puede volver a aparecer un sintagma nominal o un nombre propio ya utilizado. Ejemplo:

La muerte es el jefe de la estación verdadera, en la que expiran los trenes verdaderos. De ahí que la muerte yerga su bandera roja, que detiene o franquea el paso para siempre. La muerte diviniza. Porque no se trata ya de olvidar a una persona, sino a muchas, a todas las que caben, vivientes, en cada gesto, en cada cosa, en cada sangrante separación, en cada jocunda sorpresa, en toda reverberación suave o brusca, en cada sombra que cae sobre los ojos, en cada fruta compartida, en cada deseo de cualquier hora o de cualquier porción de piel postergada, en cada ilusión y en cada desdicha. La muerte transforma en pasado todos los imaginables futuros. Vacía las entrañas, las tardes y las noches, encendiéndolas con sus fuegos fatuos para que corroboremos que están completamente vacías. (A. Gala)

En esta secuencia, la réplica con la que se retoma tres veces el sintagma inicial la muerte, si bien se debe  principalmente a la extensión considerable de los enunciados, tiene por objetivo recordar que "la muerte" es el argumento, el tema del que se trata invariablemente a lo largo del párrafo. En otras palabras, es el tema dominante del pasaje.

3. El soporte y la información dada / nueva

Al asumir, en principio, que en la progresión temática lineal el S releva, por decir así, al A del enunciado que le antecede, se admite consiguientemente que en la estructura pragmática del enunciado, el S de la estructura temática se corresponde simétricamente con la información dada (D) de la estructura informativa. Si bien éste puede ser el comportamiento más frecuente de los soportes respecto de los aportes, la observación de los enunciados del corpus demuestra que tal relación no es la única posible. Ciertas secuencias narrativas y explicativas (de índole evolutiva), ponen en evidencia procedimientos referenciales por los que el paso del contenido informativo del A de un enunciado a la información del S del enunciado siguiente se da a través de otro elemento informativo nuevo (A) contenido en un soporte marco (SM). Ejemplos:

Se santiguó mientras le vino a las mientes otro animalito que tuvo, durante años, en su celda. Un canrio que se llamaba Tarsicio, y al que bastaban el alpiste, la lechuga, el agua, los cañamones y ser sacado en los mejores días. [...] una mañana como ésta [...] Nazaret encontró insólito el mundo. El canario, a pesar de estar ella despierta, no cantaba. [...] Había muerto durante la noche. [...] Antes de salir para la capilla, Nazaret envidió a los pájaros que vuelan porque tienen alas, o que tienen alas para volar. (A. Gala) 

... se limitó a tomar dos galletitas y una taza de café recalentado, y, sin perder tiempo en afeitarse, saltándose las abluciones que no eran estrictamente indispensables, con el pijama y la bata, se lanzó a la tarea del día. (Ibid.)

En estos dos enunciados, el SM, donde normalmente suele encontrarse lo D, comporta sin embargo elementos que aparecen por primea vez en el texto y como tales (N), acrecientan la información acumulada hasta el enunciado anterior. Al presentarse como SM, a esta nueva información le seguirá por tanto más información nueva, en un crescendo de densidad informativa. También puede darse que en mismo SM se encuentren asociados elementos informativos nuevos y otros dados. Ejemplo:

Iba a salir y giró el rostro de nuevo hacia el espejo. Envejecer la aterraba también. Quizá ésa era su única emoción personal hoy: el miedo a convertirse en una vieja más. [...] Puede que toda su vida, cada uno de sus cuarenta años, hubiese sido un insensato y lamentable error, y no siquiera estaba preparada para morir.
Al cerrar la puerta de la celda y enfrentarse al largo pasillo, evocó sin motivo su miedo de la noche pasada. (A. Gala)

En el SM de esta secuencia, al elemento informativo dado la puerta de la celda, presupuesto a partir del elemento inicial salir, se añade el elemento nuevo cerrar, y a la suma de ambos se suma otro elemento: enfrentarse al largo pasillo, totalmente nuevo. Como podemos observar, a partir de un solo elemento dado y unos pocos elementos nuevos aportados simplemente por un soporte marco, se logra avanzar considerablemente en el discurso narrativo, imprimiéndole un ritmo más vivaz.  

4. El soporte tema y los pronombres delocutivos

En términos generales, en enunciados 'no marcados', los pronombres personales de 3a persona de singular y plural, como ya sabemos, suelen elidirse, tomando la forma [ø], cuando el referente al que aluden ya ha sido introducido en una de las unidades textuales anteriores. Análogo comportamiento adoptan los (pro)nombres alocutivos de 1a y 2a persona de singular y plural. Ejemplo:

[ø] Recojo frases sueltas por ahí como otros recogen perros abandonados de la calle. Muchas [ø] tienen problemas morfológico y sintácticos que [ø] procuro arreglar antes de soltarlas de nuevo Si [ø] están deterioradas, las desmonto y aprovecho algunas de sus partes. De dos o tres frases inservibles logro a veces obtener una sana. (J. J. Millás)

Los jueces te regularon la libertad con el pretexto de que no apareció el cuerpo de la chica. Ellos se aferraron a ese cuerpo ausente para tranquilizar sus conciencias. (J. Felippa)

[ø] No se creía tan viejo como los demás y [ø] ayudaba en ocasiones a Nazaret en sus trabajos... Esta noche ella, después de saludarlo, pensó en él como él mismo pensaba... (A. Gala) 

Jesús había ido con sus padres en peregrinación a Jerusalén. Cuando regresaron ellos a Nazaret, él se queda. (Ibid.)

Si observamos detenidamente estas secuencias, podremos advertir que:
a) En el primer ejemplo, en alternancia con dos puestas en cero del deíctico "yo", se dan dos elisiones más [ø], en referencia a frases;  
b) En la progresión de tema constante que refleja el segundo ejemplo, el pronombre tónico ellos recupera directamente el SN temático los jueces. Sin embargo, éste podría haber sido elidido, ya que, al no haber otro participante en la escena del relato, nada deja suponer la presencia de un foco contrastivo que recaiga en él;
c) Si bien tampoco en el tercer ejemplo hay un elemento focalizado, se recurre al morfema tónico ella por tratarse de un texto en el que alternan dos progresiones temáticas, una relacionada con el personaje masculino y otra con "Nazaret";
d) En el último ejemplo, el uso de los morfemas delocutivos ellos y él se debe sin dudas a la presencia de más de un referente (Jesús, sus padres), como en el caso anterior.

5. El foco y la información dada / nueva

En la mayoría de los desarrollos teóricos que se le han dedicado, el foco (F) es caracterizado, en contraposición con 'presuposición', como la parte del enunciado que contiene la información nueva. Aparte de que tal enfoque implica que en todo enunciado existe un foco, hecho que descartamos en esta presentación, por no tener en cuenta la noción de 'marca' (sintáctica, prosódica y/o pragmática), que diferencia las estructuras informativas 'focales' de las 'neutras', resulta igualmente inaceptable por cuanto no siempre lo que se expone en las construcciones focales es información remática o nueva.

Si bien reconocemos que tal caracterización resulta adecuada al foco contrastivo (Fc) de las construcciones ecuacionales, el análisis de los enunciados del corpus nos indica sin embargo que la información proporcionada por un elemento focalizado puede no ser 'nueva', por cuanto se recupera de enunciados anteriores. Véase La hendidura.

Recordemos una vez más que los segmentos focalizados del enunciado no siempre son el resultado de una selección -de efecto contrastivo- realizada entre las diferentes posibilidades referenciales de un mismo paradigma, sino que reproducen, con mayor o menor fidelidad según los casos, la información aportada por un enunciado que antecede. Por otra parte, es preciso señalar el papel que desempeñan en este tipo de focalizaciones los artículos definidos y los adjetivos/pronombres demostrativos, ya que, como ya hemos visto anteriormente, indican el carácter 'identificable' de los referentes a que apuntan las expresiones focalizadas.

Por último, debemos puntualizar la importancia de los elementos suprasegmentales, como el acento de insistencia y la entonación, ya que ambos suelen posibilitar, en alternancia y/o conjuntamente con las construcciones hendidas, la creación de un foco. Tanto el acento enfático como las mencionadas operaciones sintácticas dan lugar a enunciados marcados, pero contrariamente al segundo caso, en que las marcas de focalización son perceptibles en el código escrito y en el oral, en el caso del acento de insistencia, éste sólo es reconocible en el código oral.  





lunes, 22 de agosto de 2016

13/ La progresión temática

En el paso de un enunciado a otro, dentro de una secuencia textual, es necesario que los signos en que se materializan los diferentes elementos informativos presenten cohesión entre sí y que exista coherencia entre ellos. Además, el añadido de un nuevo enunciado debe hacer avanzar el texto, acrecentanto la información que en él se proporciona. 

Ahora bien, si asumimos que la información se enriquece a lo largo del texto, necesariamente debemos admitir que los enunciados que lo constituyen no son realizaciones lingüísticas aisladas e independientes que aportan de manera individual algo siempre diferente. Si así fuera, estaríamos ante emisiones inconexas, ante una suerte de discurso "de loco". Por el contrario, en la sucesión de dos o más enunciados, los constituyentes de unos y otros comportan elementos entre los que primeramente hay puntos en común (totales o parciales) pero que, luego, habrán de diferenciarse a medida que vaya aumentando la información. En otras palabras, unos constituyentes toman elementos prestados a otros, reproduciéndolos con mayor o menor fidelidad, reformulándolos o sugiriendo las presuposiciones que se han originado en ellos. En suma, para que sea posible hablar de texto, se debe dar no sólo un acrecentamiento del caudal de información, sino también un fluir de los elementos informativos comunes.

Recordemos que además de las estructuras sintáctica y semántica que caracterizan al enunciado, éste, al inscribirse en un acto de comunicación, adquiere una estructura pragmático-discursiva, en cuya configuración intervienen fundamentalmente dos factores: por una parte, el orden de presentación de los elementos encargados de expresar aquello de que se habla y lo que de ellos se dice, y por otra, el grado de conocimiento que el receptor del mensaje tenga de la información contenida en cada uno de dichos elementos constitutivos. Así pues, al describir la estructura pragmática, conforme se privilegie el primero o el segundo de estos dos aspectos, se analizará la estructura temática del enunciado o su estructura informativa. A estas dos dimensiones, estrechamente relacionadas entre sí, se suma, en el caso de los enunciados 'marcados', la de la estructura focal.

La progresión temática

¿Cuáles son las diferentes maneras en que los enunciados se suceden unos a otros a lo largo de las secuencias que constituyen un texto? ¿Qué tipos de concatenación se dan entre los diferentes soportes y aportes? En respuesta a estos interrogantes, adoptamos la tipología de progresión temática de B. Combettes (1994: 94), quien, en la misma dirección que Daneš (1974), distingue tres tipos simples de progresiones temáticas, a las que denomina: progresión lineal, progresión de tema constante y progresión por temas derivados.

- En la progresión lineal, se pasa del soporte de un enunciado (E) a su correspondiente aporte (A); luego, el aporte o una parte de él se convierte en soporte (S) del enunciado siguiente. Así pues, cada soporte procede, de una u otra manera, del aporte del enunciado anterior.

       E1:     S1     →     A1
       E2:     S2 (procedente de A1)     →     A2
       E3:     S3 (procedente de A2)     →     A3

He aquí un ejemplo de progresión lineal:

Julia fue aquel día al centro comercial con su pequeña hija. La niña se detuvo de pronto ante la vidriera de un negocio donde se exhibía una infinidad de juguetes. Estos parecían llamarla. 

- En la progresión de tema constante, todos los enunciados que se suceden tienen el mismo soporte.

      E1:     S1            →    A1
      E2:     S1 [ø]      →     A2
      E3:     S1 [ø]      →     A3
     . . . . . . .

Veamos un ejemplo:

La mirada del profesor de Historia se apartó de allí, subió al refectorio, recorrió el pasillo y subió al piso de arriba, atravesó la puerta cerrada del despacho del director, vio lo que ya espera ver, después regresó por el mismo camino, se hizo nuevamente presente... (J. Saramago)

Una variante interesante de progresión de tema constante la constituyen las secuencias en las que al aporte de un enunciado le siguen otros enunciados cuyos respectivos soportes están configurados por los elementos desgajados del soporte complejo inicial. Ejemplo:

El arqueólogo griego, el pachá egipcio y el ingeniero francés se habían quedado en el puente superior. El ingeniero había pedido una cerveza, el pachá bebía whisky y el arqueólogo se refrescaba con una limonada. (M. Yourcenar)

En esta secuencia narrativo-descriptiva, la progresión temática que se da entre los enunciados es la siguiente:

      E1:     S1     →     A1
      E2:     S1a   →     A2
      E3:     S1b   →     A3
      E4:     S1c       A4

- En la progresión por temas derivados, los soportes tema de los diferentes enunciados son subtemas que desarrollan lo que B. Combettes (1994: 97) denomina 'hipertema'. Este puede encontrarse tanto en el soporte como en el aporte del enunciado inicial. Tal procedimiento resulta sumamente enriquecedor desde el punto de vista informativo, por cuanto permite aportar especificaciones respecto del hipertema, en el que, por su mismo carácter, la información suele presentarse sumariamente, sin mayores precisiones. Este tipo de progresión se desarrolla de una u otra de las siguientes maneras:

      E1:     S1 Hipertema     →     A1
      E2:     S2 (derivado del hipertema)     →      A2
      E3:     S3 (derivado del hipertema)     →      A3
      E4:     S4 (derivado del hipertema)     →      A4
      . . . . . . .

      E1:     S1      →     A1 Hipertema
      E2:     S2 (derivado del hipertema)     →      A2
      E3:     S3 (derivado del hipertema)     →      A3
      E4:     S4 (derivado del hipertema)     →      A4
      . . . . . . .

Doña Soledad no es feliz, puso toda su vida en sus hijos [...] Las dos mayores, Soledad y Piedad, se fueron monjas hace ya tiempo [...] El mayor de los dos únicos varones, Francisco, el tercero de los hijos, fue siempre el ojito derecho de la señora [...] Amparo y y Asunción son las únicas casadas. (C. J. Cela)

Por último, habremos de tener presente que muy difícilmente se dan casos en que esté presente un solo tipo de progresión. Lo más común es que las progresiones 'lineales', 'de tema constante' y 'por temas derivados' alternen en soluciones de mayor complejidad.

Ruptura temática

En algunas secuencias narrativas, la progresión temática se ve a veces interrumpida por la introducción de un elemento nuevo, desvinculado de lo que le antecede, que se coloca en posición de soporte, constituyendo el punto de arrranque de un nuevo enunciado o subsecuencia de enunciados. La ruptura temática que se produce de esta manera se subsana generalmente con la recuperación del tipo de progresión que se estaba dando antes de la irrupción del nuevo enunciado. En este último, tanto el soporte como el aporte se desempeñan, en el plano de la estructura informativa, como 'nuevo'. Ejemplo:

Nadia camina cansada por al calle. El cansancio se le nota en los ojos, en la mirada torcida y en el andar sin norte; camina como si le hiciera falta equilibrio, como si no tuviera centro. La lluvia le cae liremente por el pelo, escurriéndose por el abrigo. Cada cierto rato se sacude el exceso de agua, sin poner en ella demasiada atención. (A. Maturana)

En esta secuencia narrativo-descriptiva, el soporte tema la lluvia, punto de arranque del cuarto enunciado, no se corresponde con ningún elemento informativo del texto, como tampoco con ninguna entidad de existencia textual o extratextualmente presupuesta. Su carácter totalmente nuevo produce pues en el desarrollo una ruptura temática, a la que sin embargo se pone fin con el enunciado final. Este, al desempeñarse en su totalidad como un aporte, se vincula directamente, al igual que el tercer enunciado, con el soporte tema inicial Nadia


 




    

12/ Las modalidades del mensaje - La nominalización

La nominalización es una operación morfosintáctica que consiste en convertir una oración en un sintagma nominal. Ejemplos:

Han desviado el tránsito → El desvío del tránsito.
Ese individuo es agresivo  La agresividad de ese individuo.
Un equipo de hombres rana rescató a los ahogados El rescate de los ahogados por parte de un equipo de hombres rana.

Tal como se deduce de estos ejemplos, la nominalización puede operar a partir de: a) una base verbal (han desviado, rescató) o b) una base adjetival (agresivo).

La nominalización suele aparecer sin determinante en los titulares de periódico y los nombres o títulos que encabezan los diferentes capítulos de una publicación. En tales casos, la ausencia de determinación confiere a la nominalización carácter de información nueva, de la que se ha de tratar posteriormente, en el desarrollo del artículo u obra.

Desde la perspectiva morfosintáctica, podemos observar que, exceptuando los casos de indetermnación aludidos supra, a la operación que origina este tipo de construcción nominal por derivación (que no siempre se materializa en el texto) le sigue su inserción en la matriz oracional subyacente al enunciado. Ejemplos:

(Han desviado el tránsito)El desvío del tránsito dificulta el acceso al centro de la ciudad.
(Ese individuo es agresivo) La agresidvidad de ese individuo me indigna Me indigna la agresividad de ese individuo.
(Un equipo de hombres rana rescató a los ahogados) → El rescate de los ahogados por parte de un equipo de hombres rana se llevó a cabo en medio de las miradas de los curiosos.

Desde el punto de vista pragmático, constatamos que:

a) frecuentemente, la nominalización desempeña función sustitutiva, por cuanto remite a algo que ya se ha dicho, y como tal, se sitúa en posición temática. Su núcleo puede contener el mismo radical léxico que el verbo o el adjetivo del que procede, con los que crea así una isotopía textual. Ejemplos:

Se reviste el piso con baldosas rojas. Al revestimiento del piso le siguen otros trabajos...

El proyecto se aprobó por unanimidad. Tal aprobación implicaba un reconocimiento al autor.

Las autoridades de ocupación iniciaron, el día 2 de julio de 2004, la destrucción del Fuerte de Villa Cisneros (Dajla), un patrimonio saharauí que remonta a 1884, con la llegada española a las costas saharauís. Con esta nueva demolición [...] Marruecos continúa en sus tentativas deliberadas de borrar parte irrecuperable de la historia y el patrimono nacional... (ICOMOS)

b) en otros casos, la nominalización entraña una presuposición de orden factivo. Al no sustituir ningún elemento textual, proporciona o bien información aún no dada acerca de algo de lo que se presupone la existencia, o bien información totalmente nueva. Es el caso de los titulares, como asimismo el de enunciados de cierto tipo textual, en los que por diversas razones (economía comunicativa, apresuramiento voluntario o involuntario en la presentación del mensaje por parte del emisor, etc.), no se enuncia lo que es objeto de constatación veridictiva y por lo tanto su existencia queda implícita en el enunciado en el que aparece la nominalización. Ejemplos:

Transcurrido dicho plazo, se revisará la condición de asilado, cuya revocación deberá ser motivada y fundarse en causa justa... (Ley de asilo y refugio)

Se procedió al reconocimiento de los títulos presentados. Su homologación fue publicada un mes después.

A pesar de la función 'soporte' que tales nominalizaciones suelen desempeñar en la estructura temática del enunciado, su contenido informativo es de índole puramente remática ('aporte').

ase Las relaciones intratextuales.



 




sábado, 20 de agosto de 2016

5/ Forma, contenido y referencia del sintagma nominal

Hasta aquí, nos hemos referido a las estructuras sintácticas, semánticas y pragmáticas reflejadas por los enunciados. Desmenuzarlas y describirlas, como hemos hecho, es sólo la parte inicial -o quizá preliminar- del análisis del texto. A partir de ahora, nuestra atención habrá de centrarse en las diferentes maneras en que los enunciados se concatenan entre sí en el entramado textual. Como toda actividad humana, los actos comunicativos y los textos (discursos) que en ellos se producen están dotados de dinamismo, lo cual hace que el mensaje, en la sucesión de pasos en que se articula, no deje de avanzar y de enriquecerse hasta su conclusión.  

Para que los enunciados que conforman el texto se adecuen a la situación de comunicación, es necesario que las unidades extralingüísticas a las que el enunciador se refiere en su discurso se plasmen lingüísticamente de la manera más satisfactoria posible, en función de las necesidades y finalidades del acto comunicativo. Para lograrlo, el hablante se vale de los medios léxicos y gramaticales que el sistema de la lengua pone a su disposición. Así, los signos que remiten al mundo referencial se asocian en expresiones léxicas, gramaticalmente organizadas en sintagmas nominales, o se presentan como morfemas de sustitución (pronombres) o incluso como formas elididas [ø].

La referencia es la relación que se establece entre una expresión nominal y el objeto, real o conceptual, al que alude en una situación concreta de habla. Dicho en otros términos, una unidad léxica remite, en el mundo referencial, a un objeto extralingüístico, llamado referente, el cual puede ser una persona, un ser imaginario, un objeto, una idea, etc. No obstante, debemos precisar que la noción de referencia alcanza igualmente, como veremos más adelante, a aquellas unidades lingüísticas que, dentro del texto, hacen las veces de otras.

Ahora bien, la relación referencial no siempre se establece de la misma manera. Así, por ejemplo, la unidad léxica muchacho, tal como aparece en un diccionario y al igual que cualquier otra unidad del repertorio léxico de la lengua, tiene denotación referencia virtual, pues remite potencial y conceptualmente al conjunto de objetos extralingüísticos de tales características, mientras que en un enunciado producido en un determinado acto de habla, como este muchacho es muy inteligente, la unidad muchacho tiene referencia actual(izada), por cuanto la relación se establece concreta y únicamente respecto de uno de los posibles objetos denotados. La referencia siempre se da en un sintagma nominal textualizado y no aisladamente. Sólo así puede actualizarse, es decir dejando el plano del sistema de la lengua para incorporarse al del discurso efectivo, en una situación comunicativa concreta.

En un determinado texto, la referencia actual sólo puede apuntar a un objeto extralingüístico de dos formas: o bien habiéndose ya hablado de él anteriormente, o bien indicándolo o mostrándolo en el mundo circunstante. Por ejemplo, volviendo al sintagma nominal el muchacho, imaginémonos que éste forma parte de un texto. En él, dicha expresión nominal puede haberse usado para aludir:
a) al muchacho al que el emisor y el receptor tienen ante sí (y a quien se indica, por ejemplo, con la mano o con un movimiento del mentón). o bien al único muchacho en quien puedan pensar ambos interlocutores en la situación comunicativa en que se encuentran (dos docentes hablando, por ejemplo, de un alumno cuya inteligencia les sorprende). En cualquiera de los dos casos, se trata de una referencia exofórica o extratextual, es decir establecida entre un elemento del texto y un objeto del mundo referencial. Sin embargo, en el primer caso se habla de referencia in praesentia o situacional o deíctica, y en el segundo, de referencia in absentia o extrasituacional;
b) al muchacho de quien ya se ha hablado o en su defecto, cuya identidad se explicará inmediatamente después. En estos dos casos, se habla de referencia endofórica o intratextual, es decir aquella que se establece entre dos o más elementos de mismo texto. En realidad, se trata de una referencia 'prestada' por un signo a otro, o sea de una correferencia. Por ejemplo, en el enunciado Isabel se encontró con Julio y se fue con él al cine, los signos Isabel y Julio establecen referencia exofórica pues remiten a dos personas del mundo referencial que se llaman así respectivamente. Pero los elementos [ø] (= Isabel, seguido de se fue) y él tienen referencia endofórica o intratextual o prestada por cuanto remiten a elementos del mismo texto.

La referencia exofórica deíctica establece relaciones con los diversos elementos constitutivos de la situación: los protagonistas del acto de habla (yo, tú/vos/usted, vosotros/ustedes), las coordinadas espacio-temporales en que se inscribe dicho acto (aquí, ahora) y el producto mismo del acto comunicativo que es el texto, entro del cual también se crean referencias de orientación textual. Son igualmente deícticos personales los morfemas posesivos que se relacionan con la 1a y 2a persona (mi/tu/su...), y deícticos espacio-temporales, todos aquellos indicadores (este, ese, aquel) que se organizan espacio-temporalmente en torno al punto de convergencia de las coordenadas configuradas por el "aquí" y el "ahora" del presente de nunciación.

La referencia endofórica puede darse de dos maneras: remitiendo a un elemento textual aparecido anteriormente o bien a un elemento textual todavía no enunciado, pero que ha de venir posteriormente. En el primer caso, se da una referencia anafórica o anáfora y en el segundo, una referencia catafórica o catáfora. Por ejemplo, en el enunciado presentado más arriba, tanto el elemento [ø] como el morfema él presentan referencia anafórica. No sucede, sin embargo, lo mismo en el enunciado Cuando la vi por segunda vez, la película me impresionó menos, ya que el elemento la (en la primera parte del enunciado) remite anticipadamente al elemento posterior película. El primero de dichos elementos tiene pues, aquí, referencia catafórica.

Expresión y contenido de los sintagmas nominales

Conforme sean las necesidades del hablante, el contexto situacional y el cotexto, los SSNN se materializan de diferentes maneras. Las expresiones lingüísticas a que dan lugar pueden ser sintagmas léxicos (más o menos extensos), morfemas (pro)nominales o formas [ø]. Ejemplos:

La religiosa francesa Léonie Duquet, secuestrada durante la última dictadura militar y arrojada al mar en 1977 en los llamados "vuelos de la muerte" fue sepultada hoy en la Iglesia de Santa Cruz, en una emotiva ceremonia a la que asistieron numerosos familiares de desaparecidos. (La Voz de San Justo, 26-VIII-2005)

Hay pocos candidatos para el estudio y la reflexión sesuda y demasiados candidatos para la foto, la pose y el protagonismo. A estos último aludía Borges al señalar que se esfuerzan en aparecer como alguien "para que no se descubra su condición de nadie". (A. Benegas Lynch)

Me conformo pensando que el Señor conoce mi naturaleza. Él la hizo... (A. Gala) 

[ø] entraba en la farmacia y [ø] saludaba al padre. Luego [ø] pasaba a la rebotica y [ø] se sentaba ante la camilla. (J. R. Aldecoa)

Rasgos de categorización nominal

Los principales rasgos de caracterización de los SSNN los proporcionan los parámetros dicotómicos: definición / indefinición, identificabilidad / no identificabilidad, especificidad / inespecificdad, animación / inanimación.

- Definición vs indefinición

El carácter definido de una expresión nominal está estrechamente relacionado con la identificabilidad del referente y ésta se determina en el nivel pragmático-discursivo. El receptor puede identificar el referente de dos maneras: a través del contexto lingüístico (cotexto) o por medio del contexto extralingüístico. Según W. Chafe (1994: 94), para que un referente sea identificable, es necesario que se asuma como compartido, directa o indirectamente, por el oyente, que se encuentre verbalizado de una manera suficientemente identificadora y que sea contextualmente prominente. El mayor o menor grado de definición de tal o cual referente introducido en el texto se refleja generalmente en la alternancia de los artículos definidos e indefinidos. No obstante, la dicotomía definición / indefinición no siempre es el corrrelato de las oposiciones identificable / no identificable y especificidad / inespecificidad: las expresiones definidas, como veremos más adelante, no siempre se utilizan para referir a entidades ya presentadas en el texto, ni las expresiones indefinidas introducen siempre entidades nuevas. Ejemplos:

Una joven de 28 años, que llegó a Chile para ejercer como masajista en un spa de Vitacura, fue encerrada en un departamento y obligada a ejercer el comercio sexual. Tras una discusión con su agresor, la mujer logró huir y dar aviso a la policía. (hoyXhoy, 19-VIII-2016)

Una plaga y la sequía arrasan la cosecha de patata en Bergantiños. (La Voz de Galicia, 19-VIII-2016)

En el primero de estos ejemplos, el referente mujer, correspondiente al sintagma nominal "la mujer" es identificable pues ya ha sido introducido en el texto, en el sintagma nominal "una joven de 28 años". En el segundo enunciado, el referente sequía, si bien no se ha aludido a él anteriormente en el universo del discurso, es identificable extralingüísticamente por ser parte del conocimiento compartido. Ello determina el uso del artículo definido "la". Por el contrario, el referente plaga, al que remite el sintagma nominal "una plaga", no es identificable -o al menos aún no lo es en el momento en que se enuncia- por tratarse de una entidad cuya existencia sólo es compartida conceptualmente. A tal grado de no identificabilidad del referente contribuye el empleo del artículo indefinido "una".

Tal como se observa en los ejemplos dados, la 'definición' se marca principalmente por medio de los artículos definidos, y la 'indefinición', por medio de los artículos indefinidos. Asimismo pueden contribuir a la 'definición': los adjetivos posesivos y demostrativos, los adjetivos calificativos, relacionales y numerales ordinales, las aposiciones y las construcciones adnominales como el complemento del sustantivo y las subordinadas sustantiva y adjetiva. Por su parte, la 'indefinición' puede materializarse mediante morfemas cuantitativos: indefinidos, numerales cardinales y clasificadores de medida. Ejemplos:

... cuando descorrió las cortinas de seda púrpura de su alcoba, puedo comprobar que ya había amanecido. (F. Andahazi)

Ocho días antes del regreso los despertó en Yakarta la noticia de que Galán había sido asesinado. (G. García Márquez)

No habían terminado de sonar las campanas, cuando Mona Sofía, como todas las mañanas, se quedó profunda y plácidamente dormida. Por aquella misma hora, pero en Florencia, caía una fina garúa. (F. Andahazi)

Ahora bien, como ya hemos anticipado, no todos los sintagmas nominales definidos remiten a referentes introducidos anteriormente en el discurso. En tales casos, para identificar el referente al que se alude en el texto, se apela a los conocimientos extralingüísticos del receptor del mensaje. Por experiencia culturalmente compartida, se sabe qué relaciones guardan entre sí unos objetos del mundo referencial con otros, por ej.: relación de inclusión (calles - ciudad, quirófano - hospital), relación de implicación (mujer casada - marido, bebé - madre), relación de posesión (médico - estetoscopio), etc. Ejemplos:  

Nazaret se asomó a una ventana del piso bajo y se recostó en el aféizar. (A. Gala)

Ecuador: el último balance del sismo que castigó en la noche del jueves 28 de marzo al centro de Ecuador era, el domingo, de 21 muertos, 66 heridos, 6 desaparecidos y 3.000 personas sin techo. La mayoría de las víctimas son campesinos indígenas, cuyas casas de adobe no resistieron a la sacudida. El epicentro ha sido localizado al sur de la capital. (El País, 4-IV-96)

En estos dos enunciados, se accede a los referentes alféizar, por un lado, y sacudida y epicentro, por el otro, relacionándolos con los sintagmas nominales "la ventana" y "el sismo", respectivamente. Los conocimientos extralingüísticos permiten identificarlos por inferencia.

Un caso análogo lo constituyen las partes anatómicas, dentro del marco semántico perfectamente definido, del cuerpo humano. Ejemplos:

Isabel se suele parar a veces con las piernas entreabiertas y se acaricia el pelo, con la cabeza echada hacia atrás. (A. Posse).

Inversamente, para algunos sintagmas nominales, la distinción identificable / no indentificable no es realmente relevante. Se trata de expresiones genéricas que no evocan la idea de una persona u objeto particular, sino que se refieren más bien a una o varias características de la categoría que engloban, lo cual confiere a los sustantivos de dichas expresiones un carácter arreferencial. Ejemplo:

Cuando la mamá toma al bebé en brazos para amamantarlo...

En este ejemplo, a través de los sintagmas "la mamá" y "al bebé", el hablante, en vez de referirse a entidades en particular, describe el comportamiento de cualquier madre que se dispone a amamantar a su hijo.

Por último, veamos cómo se integran los rasgos 'definido' e 'indefinido' en la estructura pragmática del enunciado. Desde este punto de vista, la observación del comportamiento general de los sintagmas nominales nos permite comprobar principalmente tres hechos:

- en la estructura temática, si bien el 'soporte', el 'aporte' y el 'aporte secundario' pueden contener tanto expresiones definidas como indefinidas sin que ello altere en nada el orden de presentación de los constituyentes, no es menos frecuente que el SN sujeto indefinido, por lo general, abandone su posición canónica y se posponga al verbo, integrándose así a la esfera de éste y ocupando la misma posición que el SN objeto en las construcciones de verbo transitivo. Los giros así conformados constituyen los denominados enunciados existenciales, que se desempeñan como 'aporte'. Ejemplo:

En ese momento, desde el interior de la casa, apareció un hombre de unos cuarenta a cuarenta y cinco años... (J. Filippa) 

Por la noche, reinaba sobre la casa un gran peso, hecho de silencio y remordimiento. (T. Ben Jelloun)

En el departamento de nuestros vecinos, ha ocurrido una catástrofe.

- en la estructura informativa, asimismo, se dan ciertas tendencias en cuanto a la posición ocupada por los sintagmas léxicos, cuyos rasgos 'definido' e 'indefinido' se relacionan estrechamente con los constituyentes 'dado' y 'nuevo'. Si, tal como ya hemos visto, lo 'dado' lo constituye la información ya accesible para el receptor, bien por haber sido introducida previamente en el texto, bien por ser, de alguna manera, deducible de la situación de comunicación, el hecho se debe a que los elementos referenciales contenidos en tal información se han vuelto 'identificables'. Consiguientemente, la 'información dada', se plasma en expresiones nominales definidas que se desempeñan en función anafórica o correferencial, ayudando así al receptor a reactivar los conocimientos compartidos. Ejemplo:

Tras la euforia de la caída del muro de Berlín, los Estados Unidos vuelven a descubrir una Rusia "genéticamente" expansionista. Ante tal realidad, algunos consideran que Washington y sus aliados europeos han cometido un "error histórico". (El Mundo diplomático, 11-VII-94)

Por el contrario, lo 'nuevo', es decir la información que se introduce por primera vez en el acto de habla, no se presenta como 'identificable', y los referentes a que alude tal información se materializan en sintagmas nominales indefinidos. Los morfemas que aparecen en este tipo de sintagmas pueden ser: artículos indefinidos, formas elididas [ø], cuantificadores (adjetivos indefinidos y numerales cardinales), clasificadores de medida. Ejemplo:

La familia Vicario vivía en una casa modesta, con paredes de ladrillos y un techo de palma rematado por dos buhardas... Tenía en el frente una terraza ocupada casi por completo con macetas de flores, y un patio grande con gallinas sueltas y árboles frutales. (G. García Márquez)

- La distribución de los sintagmas nominales definidos e indefinidos entre lo 'dado' y lo 'nuevo', en ocasiones, puede no corresponderse con las tendencias generales que acabamos de describir. Así, ciertas expresiones nominales definidas no remiten a referentes ya establecidos en el texto, sino a referentes que se infieren de la presencia de otros, independientemente de que dichas expresiones sean definidas o indefinidas. Ejemplos:

La dueña de casa había puesto en la mesa unas fuentes con comida. La carne estaba fría. 
No pudo seguir leyendo el libro. Algunas páginas habían sido arrancadas. 

- Animación vs inanimación

Otro de los rasgos de caracterización de los sustantivos, en torno a los cuales se configuran los sintagmas nominales es el que proporciona la distinción entre 'animado' e 'inanimado'. Los animados constituyen la subcategoría semántica de los sustantivos que denotan seres vivos, humanos y animales (Clarisa, pianista, gato), o considerados como tales (angel, demonio, dios, basilisco).

Los rasgos 'animado e 'inanimado' de los sustantivos suelen desempeñar un papel relevante en la estructura pragmática del enunciado. Si bien por un lado, constatamos que dichos rasgos tienen escasa incidencia en la distribución 'soporte' / 'aporte' de la organización temática o en la aparición de los elementos informativos 'dado' y 'nuevo' cuando dichas estructuras se presentan en forma canónica, por otro lado, es forzoso reconocer que la distinción 'animado' o 'inanimado' de los sustantivos, en los enunciados modulados o marcados, contribuye en gran medida a establecer concordancia entre el mensaje y la situación en que éste se emite, conectando las partes del texto entre sí (cohesión), asegurando su coherencia y su adecuación a la situación comunicativa. Para lograr la cohesión, la coherencia y la adecuación deseadas, el enunciador dispone, como ya hemos visto, de medios que le proporciona la lengua, como las denominadas 'modalidades' o 'modulaciones del mensaje'. Es en estas últimas donde desempeña un papel relevante la distinción 'animado' / 'inanimado', con las variantes 'humano' y 'no humano' del primer rasgo. Así, por ejemplo, la construcción pasiva resulta más frecuente cuando proporciona a la oración un sintagma nominal sujeto 'animado' y se suele evitar, por el contrario, cuando la función sujeto la desempeña un sintagma nominal 'inanimado'. Lo mismo sucede en ciertos enunciados en los que el punto de arranque (soporte) está configurado por un constituyente del sintagma verbal extrapuesto a la izquierda, y el sintagma nominal sujeto, pospuesto al verbo, integra el 'aporte'.  


http://estructuralingua.blogspot.com.ar/2016/08/estructura-informativa.html 

jueves, 18 de agosto de 2016

11/ Las modalidades del mensaje - La negación

La negación no se sitúa en el mismo plano que las modalidades de la enunciación (declaración, interrogación, exhortación y exclamación). Recordemos que éstas definen los diversos tipos de relaciones que pueden instaurarse entre el locutor y el receptor. En principio, la negación concierne al contenido del enunciado, o sea a lo que se predica en él, implicando una elección del enunciador entre la verdad de cierto estado de cosas y su falsedad. Este hecho confiere a la negación el estatus de 'modalidad de enunciado'. Aun así, tal concepción clásica dista de corresponderse con la totalidad de los enunciados negativos que es posible encontrar en un texto. 

Si bien en ciertos contextos, en los que se habla de 'negación descriptiva', existe efectivamente la posibilidad de elegir entre afirmación y negación (no llueve, proferido, por ejemplo, al mirar por la ventana), no deja de ser que: 

a) generalmente, nos encontramos ante 'negaciones polémicas', en las que se rechaza lo implícita o explícitamente enunciado por el interlocutor, como:

Elena no es arrogante. (refutando: Elena es arrogante)

En este sentido, no podemos descartar de plano la posibilidad de que todas las 'negaciones descriptivas' se deriven efectivamente de 'negaciones polémicas'. Así, por ejemplo, también el enunciado "no llueve", visto desde esta perspectiva, puede deberse a que mentalmente le preceda una pregunta como: ¿estará lloviendo? 

La negación, así encuadrada, tiene por objetivo contraponer o bien el referente al que remite tal o cual expresión del enunciado con otros posibles referentes textuales o extralingüísticos, o bien la totalidad de un estado de cosas presupuesto. 

b) otras veces, se trata de 'negaciones metalingüísticas', o sea relacionadas con el uso de tal o cual unidad léxica por considerársela inapropiada, con tal o cual aspecto gramatical de un elemento del enunciado por considerárselo incorrecto, o incluso con cierto registro discursivo por considerárselo inadecuado. A la negación metalingüística le sigue siempre una formulación correctiva. Interviene asimismo un acento de insistencia o enfático que recae en el elemento negado. Ejemplos:

A: - Te asusta la situación.
B: - No me asusta, me espanta.

A: - El texto, lo tradució Pedro.
B: - No, no lo tradució Pedro. En todo caso, lo tradujo Pedro.

A: - Los chicos se morfaron la pizza.
B: - No, no se morfaron la pizza. Se la comieron.

c) en ocasiones, se dan 'negaciones retóricas', en las que lo que se hace en realidad es decir al interlocutor lo que se desea que exprese, como:

¿No estoy acaso en lo cierto?

d) en un gran número de casos, los enunciados negativos son el resultado de actos de habla indirectos, hecho que les confiere valor pragmático. Para interpretarlos, o sea deslindando un tipo de negación de otro, resulta inoperante el cotexto o entorno textual y es preciso recurrir al contexto situacional. Ejemplos:

No soy sordo. (negación con valor exhortativo: hable más bajo, deje de gritar)
¿Por qué no se van ya? (interrogación negativa con valor exhortativo: váyanse ya)

Desde el punto de vista de la estructura temática, la negación refuta total o parcialmente lo contenido en el 'soporte' o en el 'aporte'. En la estructura informativa, la negación rechaza total o parcialmente la información nueva. En ambos casos, el elemento o segmento rechazado por la negación es focalizado, como ya hemos dicho, por medio de un acento enfático. A este recurso focalizador suprasegmental se suma a veces una hendidura. Ejemplos:

No siempre se puede hacerlo de esa manera.
No a todos nos cuesta tanto comprenderlo.
No fue a sus amigos a quienes consultó.

El adverbio "no" suele combinarse con otros morfemas de significado negativo, como: nada, nadie, ninguno, nunca, jamásni, tampoco, y la locución de sentido negativo en la/mi/tu/su vida. Cabe recordar que cuando dichos morfemas, por razones de énfasis, se anteponen al verbo, éste no va acompañado del adverbio de negación "no". Ejemplos:

No he dicho nunca semejante barbaridad.
Nunca he dicho semejante barbaridad.

No responde nadie.
Nadie responde.

Ellos no están de acuerdo tampoco.
Ellos tampoco están de acuerdo.

No lo toleraría ni su madre.
Ni su madre lo toleraría.

No había visto en su vida tanta belleza.
En su vida había visto tanta belleza.

Por último, resulta interesante observar la peculiaridad de la locución focalizadora "no solo... sino también/además". A pesar de que contiene el adverbio de negación no, la primera parte de esta locución no niega lo dicho en la parte del enunciado que le sigue, sino que, a la vez que lo reafirma, le suma otro hecho, que se expresa después de sino también/además. Esta última parte del enunciado, así focalizada, aporta información nueva al mensaje. El valor afirmativo de la primera parte del enunciado es confirmado por la posibilidad de que al morfema "no" le siga otro "no" decididamente negativo. Ejemplos:

No solo llevaron a los niños sino también a la abuela.
No solo la echó de la casa, sino que además amenazó con denunciarla.
No solo no saludaron al llegar, sino que encima nos miraron con aire desafiante.




 



10/ Las modalides del mensaje - Los giros impersonales

La impersonalidad de ciertas estructuras sintácticas puede obedecer principalmente: b) a la exigencia del verbo utilizado, y b) a la aplicación de algún tipo de construcción gramatical que conlleve la recesión del participante 'agente' o 'experimentante'. En el primer caso, se trata de giros sintácticamente impersonales y en el segundo, de construcciones semánticamente impersonales o incluso semántica y sintácticamente impersonales.

Los giros sintácticamente impersonales

- El verbo unipersonal "haber" integra oraciones impersonales en las que los sintagmas que se disponen después de él se pueden referir a personas, cosas, conceptos e incluso a distancias. En ocasiones, en lugar de un sintagma nominal, puede aparecer una oración subordinada de relativo. En todos los casos, se trata de enunciados de carácter existencial. Ejemplos:

Hay pocos alumnos en el aula.
Hubo centenares de accidentes en las carreteras del país.
Entre Córdoba y Mendoza, hay seiscientos kilómetros de distancia.
Siempre habrá quien no quiera ver la realidad.

Sintácticamente, las construcciones integradas por el verbo unipersonal "haber" carecen de sintagma nominal sujeto. Correlativamente, en su estructura semántica no aparece ningún participante al que se pudiera asignar el papel semántico de 'agente' o de 'experimentante'. En la estructura temática del enunciado, sólo funcionan como 'aporte'. Desde el punto de vista de la estructura informativa, lo que aportan los enunciados existenciales con "haber" es información nueva.   

Cabe precisar, por último, que las construcciones en las que interviene el verbo "haber" comparten su carácter semántico existencial con aquellas en las que aparece el verbo "existir". Sin embargo, difieren de ellas, ya que estas últimas, al estar provistas de un sintagma nominal sujeto, nunca son impersonales.

- El verbo "ser" aparece en construcción impersonal en expresiones como: es de día, es tempranoes jueves, etc. Asismismo, puede ir seguido de un atributo (complemento predicativo subjetivo) y un infinitivo u otra expresión nominal, como una subordinada sustantiva encabezada por "que". Lo mismo sucede con "estar" en las expresiones: está nublado, está despejado, etc., y construcciones con está bien / está mal, seguidas de expresiones nominales como infinitivos y subordinadas sustantivas. Ejemplos:

Es una pena que no puedas venir.
No es necesario inscribirse.
Es importante que nos planteemos la cuestión.
Está mal engañar a la gente.
No está bien que le mientas a tu padre.

- El verbo "hacer" se presenta en giro impersonal seguido de sintagmas nominales referidos a nociones atmosféricas o cronométricas. Ejemplos:

Hace frío / calor / buen tiempo.
Hace tres meses que no la veo.

- El verbo "decir" puede integrar enunciados sintácticamente impersonales en los que no se percibe la posibilidad de un sujeto sintáctico. En su lugar, podemos encontrar "decirse", aunque éste, estrictamente, conlleva una impersonalidad semántica. Ejemplos:

Aquí dice que no se puede pagar con cheque.
... en el cuadro correspondiente a nuestro país se dice que el gobierno de Indonesia es un régimen militar... (El País Semanal, 3-XI-95)

- El verbo "tratarse" suele integrar construcciones impersonales, en las que va seguido de un sintagma preposicional encabezado por "de". Ejemplo:

Se trata de un concepto que engloba todas las cualidades físicas. (M. Castillo Garzón)

- Los verbos "doler" y "picar" se usan frecuentemente en construcciones impersonales, en las que carecen de sintagma nominal sujeto. Ejemplos:

Me duele aquí.
Me pica detrás de la oreja.

- El verbo "oler", además de la construcción personal, puede integrar giros impersonales. Ejemplos:

Aquí huele a quemado.
En esta habitación huele mal.

Los giros semánticamente impersonales

Las denominadas pasivas reflejas, o más propiamente hablando, seudorreflejas, a las que ya nos hemos referido en La pasivización, son giros semánticamente impersonales por cuanto en su estructura semántica se da una recesión del participante 'agente'. Por el contrario, desde el punto de vista sintáctico, no pueden considerarse impersonales, ya que están dotadas de un sintagma nominal sujeto (indeterminado), pospuesto al verbo. Se caracterizan por construirse con el morfema "se", el cual, sin embargo, al dejar de funcionar como pronombre y por ende, de desempeñar alguna función sintáctica, actúa como índice de impersonalidad. Ejemplos:

Finalmente se construyeron las casas.
Se asegura que el servicio no será interrumpido.
Se repartirán regalos a los niños.

Análogamente, en las llamadas pasivas medias, se produce recesión del participante 'agente', lo cual también les confiere impersonalidad semántica. En ambos tipos de construcción verbal, existe seudorreflexividad, ya que tanto en la pasiva seudorrefleja como en la pasiva media, es imposible considerar que el participante al que alude el sintagma nominal sujeto se desempeña simultáneamente como 'agente' y como 'paciente'. A diferencia de las pasivas seudorreflejas, el sintagma nominal sujeto de las pasivas medias es determinado y va antepuesto al verbo. Otra característica que las diferencia de las pasivas seudorreflejas es que en ellas el verbo siempre se presenta en un tiempo imperfectivo (presente o pretérito imperfecto), por tratarse de procesos estativos genéricos. Ejemplos:

Los alimentos hervidos se digieren más fácilmente.
En los países donde soplan fuertes vientos, las puertas de las casas se abren hacia afuera.
Esas cosas se hacen pero no se dicen.

En conclusión, las pasivas seudorreflejas y las pasivas medias son semánticamente impersonales y sintácticamente personales. Este hecho determina sus diferentes desempeños en las estructuras temática e informativa del enunciado. Las primeras, en su totalidad, integran el 'aporte' y constituyen 'información nueva', mientras que en el caso de las segundas, el sintagma nominal sujeto se corresponde con el 'soporte' temático y puede coincidir o no con la 'información dada', y el sintagma verbal se manifiesta en el 'aporte' y expresa siempre 'información nueva'.

Los giros semántica y sintácticamente impersonales

En las construcciones sintácticas de este tipo, las oraciones no tienen sujeto expreso ni tampoco implícito o recuperable por el contexto. En efecto, se caracterizan, semánticamente, por conllevar agentividad inespecífica. Los giros a los que se recurre para expresar esta doble impersonalidad se configuran:

a) con un verbo en 3a persona de plural. Ejemplos:

Llaman a la puerta.
La cesantearon el mes pasado.
Lo felicitaron por su desempeño.
Arrestaron a dos adolescentes que causaron destrozos. (La Prensa, 26-VIII-2005)
Condenan a veintisiete años de prisión al líder de Al-Queda en España. (La Nación, 26-VIII-2005)

Resulta interesante observar que el clítico que antecede al verbo impersonal en el segundo y tercer ejemplos determina una estructura temática soporte + aporte y una estructura informativa dado + nuevo, mientras que en los otros ejemplos de la lista, percibimos por un lado, sólo un aporte (en correspondencia con un soporte marco implícito) y por el otro, sólo una información nueva.

b) con el morfema "se" y un verbo en 3a persona de singular. Se pueden encontrar verbos intransitivos, transitivos y la cópula "ser". Ejemplos:

Se duerme bien en esta cama.
Cuando se respira de forma profunda y completa, se puede conseguir un estado de gran satisfacción. (www.alimentacion-sana.com.ar)
En la última reunión, se trató de economía.
Se condecoró a dos secretarios con la medalla al mérito.
No siempre se es feliz en la vida.




miércoles, 17 de agosto de 2016

9/ Las modalidades del mensaje - La hendidura

La hendidura, también conocida como escisión, es la operación morfosintáctica que, como su nombre lo indica, consiste en hendir, escindir la estructura sintáctica, separando dos elementos contiguos de la misma por medio del verbo copulativo ser y creando una subordinada de relativo. Las construcciones copulativas o ecuacionales obtenidas por tal procedimiento sirven para dar relieve focal a un determinado constituyente de la estructura sintáctica canónica.

Las oraciones hendidas presentan las siguientes características: a) cualquiera que sea el orden de presentación de los elementos del enunciado, el constituyente focalizado por hendidura y la cópula son contiguos; b) la oración subordinada de relativo a que da lugar la hendidura es encabezada, al igual que las subordinadas de relativo nominales, por los pronombres relativos "quien" y "quienes" o "el que", "la que", "los que", "las que", como asimismo por los adverbios relativos "donde", "cuando", "como"; c) en la subordinada de relativo se repite la preposición con que se construye el constituyente sintáctico focalizado; d) el orden de los términos que constituyen la relación ecuacional (A = B) puede invertirse, según cuál sea la parte de la oración que se desee privilegiar: A puede ocupar el lugar de B y vicevera.

Fue la niña la que gritó
La que gritó fue la niña
La niña fue la que gritó

Independientemente de si el foco de las construcciones hendidas es informativo o no, podemos afirmar que no siempre coincide, como se lo describe en la teoría chomskiana, con la parte del discurso que vehicula información nueva. En todos los casos de hendidura, se focaliza un constituyente para atraer hacia él la atención del receptor, pues la función fundamental del foco en sentido estricto es precisamente el énfasis y no el contenido informativo.

A este respecto, es oportuno precisar que el énfasis que caracteriza a la hendidura se ve reforzado por los elementos suprasegmentales (acento de insistencia y entonación), cuyas marcas, infelizmente para el lector, son reconocibles tan sólo en el código oral.

Veamos algunos ejemplos:

Fue María Paz quien por fin se separó para murmurar, jadeante, una frase que no llegó a concluir. (A.Gala)  
Esta búsqueda permanente y constante es la que lleva a que el hombre pueda ser creativo. (F. Savater)
Fue en esa casa donde Diana vio un programa de televisón filmado en su apartamento de Bogotá. (G. García Márquez)
Su juventud -era de ella de lo que más hablaba- fue arrolladora. (A. Gala)

En otras construcciones ecuacionales, la hendidura opera sobre el núcleo del sintagma verbal, separándolo del SN sujeto o del SN objeto directo por medio del verbo copulativo. Ejemplos:

Lo que nos llama la atención es que nunca lo haya dicho.
Lo que te intriga es cómo lo he conseguido.
Lo que quiero es que te calles.
Lo que decidieron fue comunicárselo personalmente.

La hendidura se aplica igualmente a adverbios como "así", "allí", "entonces" e incluso a oraciones subordinadas adverbiales. Ejemplos:

Así fue como despojaron a los propietarios de sus bienes.
Fue allí, a orillas de la piscina [...], donde en los meses y años sucesivos se encontraron algunos de los bronces y mármoles más bellos... (F. Fernández Murga)
Fue entonces cuando empecé a descubrir la verdad respecto a la limpieza étnica de 750.000 palestinos [...] para establecer el estado judío. (S. Cattori)

Es preciso señalar que en el español de Argentina y otros países latino-americanos, las subordinadas de relativo de las construcciones hendidas circunstanciales suelen construirse no con el adverbio relativo (donde, cuando, como) requerido por cada circunstancia, sino con un "que" plurifuncional en el que quedan subsumidos la función circunstancial y el nexo subordinante. Tal simplificación se da tan sólo cuando la subordinada en cuestión se encuentra colocada en la parte final del enunciado. Ejemplo:

Fue allí que lo dejaron / allí fue que lo dejaron..
Donde lo dejaron fue allí.







8/ Las modalidades del mensaje - La extraposición

La extraposición es el mecanismo morfosintáctico, igualmente llamado 'dislocación', por el que un constituyente nuclear (SN, SP o SA) abandona su posición neutra o no marcada para desplazarse fuera del núcleo oracional, y constituir así una oración marcada. Según sea la posición ocupada, respecto del núcleo oracional, por el sintagma desplazado, puede darse una extraposición izquierda o una extraposición derecha.

Desde el punto de vista de la estructura temática del enunciado, por medio de la extraposición izquierda es posible tematizar un elemento, haciendo que se convierta en 'soporte tema'. En cuanto a su estructura informativa, lo que se obtiene de esta manera es una focalización de la 'información nueva' aportada por el enunciado anterior, o bien una focalización contrastiva, con la que se rectifica lo expresado anteriormente. Ejemplo:

Hay pocos candidatos para el estudio y la reflexión sesuda y demasiados para la foto, la pose y el protagonismo. A estos últimos aludía Borges al señalar que se esfuerzan en aparecer como alguien "para que no se descubra su condición de nadie". (A. Benegas Lynch)

Como podemos observar en este ejemplo, el desplazamiento operado por la extraposición izquierda conlleva, además del empleo del adjetivo nominalizado "últimos", la posposición del SN sujeto respecto del verbo, haciendo que dicho SN no asuma la función temática 'soporte', a la que podríamos pensar que está destinado por sus rasgos semánticos (animado, humano), para cederla al sintagma preposicional. El análisis pragmático de la estructura informativa de nuestro enunciado nos permite además detectar un acento enfático que acompaña al elemento focalizado a estos últimos.

He aquí otro ejemplo de extraposición izquierda:

Juana había pasado el día con sus hijos, a los que veía tan sólo de vez en cuando. En ellos siguió pensando la mujer a lo largo de su regreso a la ciudad. (D. Rodríguez Barbosa)

En otros casos, la extraposición de ciertos elementos oracionales no acarrea, sin embargo, la aplicación de un acento de intensidad, ya que lo que se desea enfatizar no es, como en los otros tipos de foco, un determinado constituyente del enunciado, sino la totalidad de éste, contraponiéndolo así con algo dicho anteriormente. Suele darse con frecuencia este tipo de extraposición en el discurso coloquial, como asimismo en proverbios y sentencias. Ejemplos:

Algo debe saber.
Alguien se lo habrá dicho. 
De poco le va a servir.
Bastantes preocupaciones tiene ya la pobre.
Menos pregunta Dios y perdona.
Quien mucho abarca poco aprieta.

Como ya hemos dicho, otra función de la extraposición izquierda es la de crear un foco contrastivo, con el que se corrige un dato erróneo contenido en la información ya proporcionada. Ejemplo:

- Entonces, sancionaron al alumno.
- No, a la maestra sancionaron.

Además de las funciones de tematización y focalización a las que ya nos hemos referido, la extraposición izquierda permite evitar ambigüedades, como asimismo el fenómeno conocido como 'recargo de la memoria'. En efecto, un mal desempeño de este tipo de mecanismo discursivo suele conducir a menudo a un agotamiento del poder de retención del receptor.

La extraposición derecha, por su parte, sólo se aplica al sintagma nominal sujeto, contrariamente a lo que sucede en otras lenguas romances como el italiano y el francés. Se da por lo general en el discurso coloquial. Ejemplo:

De poco te va servir, levantarte tan temprano.

Este tipo de extraposición se caracteriza por ir precedida por una pausa, que se representa con una coma y a veces con puntos suspensivos. Sin dicha pausa, estaríamos ante un enunciado en el que la posición final ocupada por el sintagma nominal sujeto u otra construcción nominal obedecería tan sólo a una cuestión de estilo:

De poco te va a servir levantarte (tan) temprano.


http://estructuralingua.blogspot.com.ar/2016/08/5-forma-contenido-y-referencia-del.html




martes, 16 de agosto de 2016

7/ Las modalidades del mensaje - La pasivización

Las modalidades del mensaje son las diferentes maneras en que modulamos el enunciado en función de los diversos factores (tiempo, razón, intención) que intervienen al momento de comunicar algo. Tales modulaciones, que afectan las estructuras temática e informativa (soporte tema, soporte marco, aporte; dado, nuevo), son el resultado de operaciones morfosintácticas de mayor o menor complejidad, como: la pasivización, la extraposición (o dislocación), la hendidura, la impersonalización, la negación y la nominalización.

La pasivización

Si observamos un enunciado pasivo desde el ángulo de la sintaxis, podemos decir -aunque esto, como veremos, es cuestionable- que el objeto directo (de la construcción activa) se ha convertido en sujeto, y que el sujeto de dicha construcción se ha transformado en un sintagma preposicional, encabezado por la preposición "por".

Los niños rompieron la lámpara  →  la lámpara fue rota por los niños

El hecho de que una oración activa, siempre o casi siempre, pueda transformarse en pasiva no implica, en nuestra opinión, que esta última se deriva necesariamente de aquélla. En efecto, con el mismo criterio, podríamos decir -cosa que nunca se hace- que una oración en construcción activa es el resultado de la transformación de otra, de construcción pasiva, ya que también esta manipulación siempre es posible. 

Desde el punto de vista de la estructura semántica, los enunciados pasivos suelen describirse como una 'inversión de papeles semánticos', en el sentido de que al participante correspondiente a la función paciente/objeto afectado/objeto efectuado se le asigna el papel agente, y que el otro participante, originalmente agente, asume el rol paciente. Resulta evidente que tal descripción no es otra cosa que la transposición, en la estructura semántica del enunciado, de la transformación sintáctica vista anteriormente, lo cual no esclarece en absoluto la cuestión. Si bien es cierto que tanto el sujeto (en el plano sintáctico) como el agente (en el plano semántico) tienden a colocarse en posición inicial, nada impide que los encontremos en otras porciones del enunciado. Además, no está demostrado que la construcción activa sea preexistente a la pasiva, ni viceversa.

Desde la perspectiva de las estructuras temática e informativa, la cuestión de la oposición activa / pasiva tiende a destrabarse, ya que en ellas, más allá de los mecanismos sintácticos y semánticos ya aludidos, operan factores inherentes al dinamismo comunicativo, que determinan preferencias e incluso imponen ciertos y determinados esquemas en cuanto al orden de presentación de los constituyentes del enunciado. En tal sentido, la construcción pasiva permite, en ciertos tipos de discurso, establecer un 'doble enlace' dentro del enunciado o entre varios de ellos (Alloa, 1998: 49-50), por ejemplo:

Aquella tarde, encontró sobre la cómoda una carta que había sido escrita el día anterior por su marido, el cual no se atrevía a comunicarle personalmente que se marchaba.  

Otra posibilidad sintáctica de establecer un doble enlace referencial es la proporcionada por la anticipación de uno de los elementos del sintagma verbal de la construcción activa y la consiguiente extraposición del sintagma nominal sujeto:

Aquella tarde, encontró una carta sobre la cómoda. La había escrito el día anterior su maridoel cual no se atrevía a comunicarle personalmente que se marchaba.  

Si, por la razón que fuese, después de "carta", decidiéramos optar por una construcción activa como: que su marido había escrito el día anterior, no podríamos finalizar el enunciado con la subordinada adjetiva el cual... que se marchaba, que, por su carácter de información nueva, hemos colocado al final del enunciado. Si bien, ni sintáctica ni semánticamente, nada nos impediría hacerlo, el desplazamiento sintáctico del sintagma su marido y el consiguiente cambio de posición de la segunda subordinada adjetiva, implicaría que el contenido informativo de ésta perdiera su carácter de 'nuevo' para adquirir el de 'dado'.

Otro factor que puede favorecer la elección del giro pasivo en situaciones dialógicas es el 'condicionamiento sintáctico', el cual funciona como una suerte de anzuelo para el interlocutor. Éste, dejándose influenciar por el turno de habla que antecede al suyo -especialmente si el enunciado se presenta como pregunta-, emplea nuevamente el mismo giro, o sea, en este caso, el giro pasivo. Ejemplo:

- ¿Por quién fue realizado el proyecto?
- (El proyecto) fue realizado por un grupo de estudiantes.

Por último, es preciso señalar que el sintagma preposicional agente puede no aparecer en el enunciado. Las razones de tal ocultamiento son múltiples: el referente al que le cabe la función agente es específico; el agente es inespecífico (alguien, la gente, etc.) e incluso no sé sabe quién es; se conoce la identidad del agente pero no se considera necesario mencionarlo; por ser recuperable del contexto; por tratarse de afirmaciones generalizadoras; dar relieve al resto de lo expresado en el enunciado; por cortesía o para no responsabilizar a nadie, etc. Ejemplos:

La ley acabó siendo proclamada varios años después. (agente específico: los parlamentarios)
Su padre es respetado en todas partes. (agente inespecífico)
A su regreso al pueblo después de años de ausencia, nuestro personaje organizó una fiesta a la que todos fueron invitados. (agente recuperable)
Una vez reciclados, estos productos son vendidos en todo el país. (afirmación generalizadora)
El individuo fue acusado de haber matado a su mujer. (no se responsabiliza a nadie)

Las construcciones pasivas seudorreflejas

Encontramos a menudo enunciados a los que subyacen estructuras con ocultamiento del sintagma preposicional agente. De tal recesión de participante [ø] resulta que la función semántica 'paciente/objeto afectado/objeto efectuado' es asumida por el sintagma nominal sujeto. Este mecanismo morfosintáctico acarrea el empleo del morfema seudorreflejo "se". Ejemplos:

Este sistema evita que los muebles se abandonen en la calle... (El País, 14-10-96)
El autobús inteligente se estrena en otoño en seis céntricas líneas. (Ib.)
La versión española de esta obra, que se estrenó en Nueva York, a finales de los ochenta, se presenta ahora en el teatro Fígaro... (Ib.)